sábado, 23 de enero de 2010

EL MARXISMO: POLITICA IRREALIZABLE

El anhelo de mundos ideales y perfectos es tan antiguo como el ser humano. Sin embargo, la invención y descripción de sociedades que lo sean no recibe el nombre de UTOPIA hasta el siglo XVI. Por ello, no es paradójico afirmar que existen utopías desde siempre, incluso antes de que se acuñase este nombre para referirse a ellas.

El término utopía se debe a Tomás Moro, quien titulo así una de las obras más importantes de este género. Literalmente significa “no lugar” y, por tanto, designa una localización inexistente o imposible de encontrar.

Moro bautizó con este término una isla perdida en medio del océano cuyos habitantes habían logrado el Estado perfecto: un Estado caracterizado por la convivencia pacífica, el bienestar físico y moral de sus habitantes, y el disfrute común de los bienes. Sin embargo, Moro dio a esta isla idílica el nombre de Utopía (“en ningún lugar”), por lo que muchos pensadores han querido ver en esto el deseo de dejar claro que, por muy deseable que fuese un Estado de este tipo, Utopía es un sueño imaginario e irrealizable.
Otro de los momentos fecundos en la ideación de sociedades utópicas fue a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Los profundos cambios sociales y económicos producidos por el industrialismo cada vez más individualista e insolidario abonaron el terreno del descontento y la crítica, así como el deseo de sociedades mejores, más humanas y justas. De esta época de injusticias y desigualdades proviene el SOCIALISMO UTÓPICO.
Así las utopías expresan una rebelión frente a lo dado en la realidad y propondrían una transformación radical, que en muchos casos pasa por procesos revolucionarios, como expresó en sus escritos Karl Marx.[

Uno de los escritos más conocidos de Marx y Engels fue “El Manifiesto Comunista”, que les fue encargado durante el Segundo Congreso de la Liga de los Comunistas, que tuvo lugar en Londres a mediados del siglo XIX.

En esta obra estos autores tratan de demostrar cómo la historia refleja en todas las sociedades la lucha de clases, enfrentamiento que siempre terminan con una transformación revolucionaria de la sociedad o con la destrucción de las clases en conflicto.


Sostienen que la burguesía moderna no ha concluido con esta lucha sino que ha reemplazado las antiguas clases por otras, como la burguesía y el proletariado. La burguesía surge en los centros urbanos y crece con el mercado mundial, como resultado de una serie de revoluciones en los modos de producción y en el intercambio comercial, con ello, la clase Patronal, ha originado una nueva clase: los proletarios, obreros modernos que sólo pueden vivir si tienen trabajo y que sólo tienen trabajo si colaboran para incrementar el capital. El obrero se transforma en un accesorio de la máquina y su trabajo se vuelve monótono y poco atractivo, al punto de que las máquinas reemplazan a los hombres, quienes viven en la angustia de perder su trabajo.
Su doctrina materialista, propone que para el hombre el factor económico es lo más importante en última instancia, reduciendo todo lo demás a ello y convirtiendo su doctrina en un reduccionismo económico.
La formación de la CLASE PROLETARIA, la eliminación de la burguesía dominante y el acceso del proletariado al poder político son los propósitos inmediatos del MARXISMO, a primera vista, se entiende como un proceso de transición democrático y sustentado en principios de equidad y justicia social, no obstante, ese cambio radical de transformación y formación de la clase proletaria, la eliminación de la burguesía dominante y el acceso del proletariado al poder político, establece los propósitos inmediatos del COMUNISMO.
Según esta concepción política-económica, EL PROLETARIADO, una vez que haya conquistado el poder político y se haya organizado como clase dominante, irá adueñándose del capital de la burguesía con el propósito de concentrar todos los medios de producción en EL ESTADO, de manera de aumentar lo más rápido posible el volumen de la producción y en consecuencia Se abrirán nuevas fábricas nacionales, se aumentará la producción, y se mejorarán las tierras y los cultivos siguiendo un proyecto general de igualdad entre los hombres y con ello progresivamente se ira eliminando las DISTINCIÓN ENTRE CLASES SOCIALES.
Utópicamente, cuando las diferencias de clases no existan y la producción esté a cargo solamente de INDIVIDUOS ASOCIADOS, el poder político perderá ese carácter, con consecuencias devastadora, a saber: O una anarquía generalizada o Una Tiranía de Capitalismo de Estado o Una Guerra Civil que traiga consigo una nueva Revolución.
La realidad ha demostrado que el COMUNISMO ES UNA UTOPÍA, porque ha fracasado en todo el mundo, y ha demostrado que cuando el proletariado accede al poder, es capaz de volverse tan corrupto o aún más que cualquier otra clase social preexistente.
El Estado proletario como administrador, demostró también ser ineficiente, ineficaz y corrupto, convirtiendo a los FUNCIONARIOS EN LA NUEVA CLASE PRIVILEGIADA con derecho a gozar de un mejor estilo de vida, y evidenciando que la burocracia, en el comunismo se transforma en un fin en si misma, cuando a nadie le importan los resultados generales.
Estamos a tiempo de rectificar y lo que tendrían que averiguar urgentemente los políticos venezolanos, al margen de la demagogia, oportunismo político y afán de poder, son las causas primigenias de esa diferencia tan radical y desequilibrada presentes en los estratos de la sociedad venezolana.
Revisemos las políticas sociales y educativas, revisemos los marcos normativos laborales vigentes, revisemos los sistemas de seguridad social, reconozcan la deficiencia en la gestión pública, examinen con racionalidad nuestro sistema presidencialista y procuren establecer con premura un consenso de país, para redefinir las Políticas Económicas y nuestro Sistema de Gobierno que es obsoleto y anacrónico.
Busquemos alternativas de cambio en un Sistema Presidencial Renovado, en el cual exista realmente un equilibrio de los órganos del poder, que los pesos y los contrapesos constitucionales funcionen correctamente, y que el sistema de partidos y electoral fortalezcan al sistema político para que continúe nuestra evolución democrática, se eliminen vicios y errores de décadas que han tenido como consecuencia regimenes autoritario, con algunos elementos democráticos, cuyo eje y columna vertebral ha sido la figura del Presidente de la Republica.
Es necesario por tanto, dejar los sistemas UTOPICOS y generar criterios para una Republica de Concertación Democrática que permita alcanzar con éxito un Desarrollo Sustentable, la eliminación de la miseria, el incremento de la producción y un Bienestar Integral de sus Ciudadanos.

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