jueves, 4 de febrero de 2010

REVOLUCIONEMOS EL SISTEMA DE GOBIERNO

El Año 2010 representa para la historia contemporánea de Venezuela el año Bicentenario de la Independencia. Han pasado doscientos años de vida Republicana y hoy sin embargo, se sigue afirmando en la calle que estamos sometidos al colonialismo y a la invasión extranjera. Contra ello se erige en las entrañas de la patria, un PROCESO REVOLUCIONARIO que carece de identidad y conforme pasan los años, la vida republicana se sigue desgastando de la misma manera que como surgió pero con mayor intensidad.

Hemos tenido doscientos años y solo algunas décadas pueden resaltar por su carácter progresista, democrático, pacifico y de desarrollo, por lo demás solo hablamos de periodos de tiempos caracterizados en mayor o menor medida por la presencia y alternancia de caudillos, guerras, revoluciones, insurrecciones, golpes de estado, alzamientos, revoluciones militares o civiles, y cuyas intenciones han sido para derrocar y colocar gobiernos, o para cambiar su forma y dirección, ya sea por la fuerza o mediante mecanismos psudo-legales, así tenemos y solo por citar algunos ejemplos: José Antonio Páez, Los Monagas, Guzmán Blanco, Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, la guerra federal, revolución de las reformas, revolución de marzo, la revolución azul, la revolución reivindicadora, Revolución de Queipa, Revolución Restauradora, Revolución de Octubre, Golpe de estado de 1945 y 1948, El Carupanazo y El Porteñazo 1962, Golpe de estado del 4 de Febrero 1992 y Golpe de estado 11 de Abril del 2002.

No podrá negarse de forma absoluta la posible injerencia y conspiración de naciones extranjeras en alguno de estos hechos históricos, sin embargo, sería irresponsable desconocer la preexistencia de causas internas y de naturaleza sociopolítica que de manera directa contribuyeron a la mediocre vida republicana y que con vergüenza alcanzará conmemorar su bicentenario el próximo 19 de Abril del 2010.

La evolución histórica del Sistema Político en Venezuela, nos permite observar unos elementos comunes durante esta sucesiva escalada de hechos políticos y que en la línea del tiempo han alterado el ideal de convivencia Republicana y Democrática en el país, a saber: Primero: La toma del poder político de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado y Segundo: El establecimiento del Sistema Presidencial o Presidencialista como eje central del poder en la estructura de Gobierno.

Hemos tenido 23 Constituciones y todas se han estructurado bajo un esquema de naturaleza centro-federalista, han establecido como columna vertebral del Poder Publico la división de Poderes y el eje motor del Sistema de Gobierno gira en torno de la figura PRESIDENCIAL.

En tal sentido, es propicia la ocasión para que reflexionemos sobre la imperiosa necesidad de REFORMULAR Y TRANSFORMAR el SISTEMA PRESIDENCIAL, luego del letargo de doscientos años es hora de que las iniciativas democráticas, los partidos políticos, el poder comunal, los gremios, los sindicatos, los estudiantes y los ciudadanos de este país, hagamos una retrospectiva de nuestro pasado histórico y empecemos la búsqueda renovada de un nuevo Modelo Político de Gobierno en donde la figura del Presidente de la República, no sea VANAGLORIADA y por el contrario mediante contrapesos institucionales de estabilidad democrática sólidamente independientes, la fuerte presencia de sistemas políticos bipartidistas, en donde se presenten opciones políticas mediante el dualismo de tendencias, acompañadas de gran conciencia democrática permitan mediante un razonamiento normativo en términos bipolares, que un partido gobierne y otro ejerza la oposición de forma moderada y centrípeta, mediante formulas de consenso y concertación democrática.

El sistema de Gobierno que hemos escogido, el multipartidismo y la demagogia populista, son el principal enemigo de la estabilidad democrática en la vida Republicana de Venezuela. El Presidencialismo ha sido, es y seguirá siendo la causa de la miseria del pueblo y de la fragmentación política del país.



Abg. Juan Pablo Rosales Esser
C.I 14.623.930